Todo comenzaba cuando Joan Rigol abría la acción con una apuesta de 5.000 puntos desde posiciones iniciales. Justo a su lado, un jugador le hacía una three-bet a 25.000 puntos y el resto de la mesa foldeaba.
La acción volvía a Rigol, que se movía all in cubriendo ampliamente a su rival. En ese momento, su oponente tenía un pequeño cruce de cables y, pensando que solo había puesto 20.000 puntos en vez de los 25.000 que había anunciado, cogía una fichas de 5.000 y la ponía delante de él.
"Call", anunciaba la croupier.
"No, no", decía el jugador. "Yo estaba poniendo las 5.000 que me faltaban de antes", aseguraba.
"Los siento señor, pero usted ya tenía puestas las 25.000 y si pone una ficha de 5.000 por encima indica que quiere hacer call", le explicaba de la mejor de la formas. En ese momento el director del torneo, se acercaba a la mesa y confirmaba el call.
Con el lío resuelto, aunque el jugador en cuestión no estaba nada a gusto con tener que pagar, a pesar de que su three-bet le había comprometido completamente, los dos daban la vuelta a sus cartas.
Rigol:
Villano: [ac9c]
El jugador que se había equivocado ¡iba por delante!, pero el board no fue el que esperaba. La croupier descubría un flop y eso ponía muy por delante a Rigol. El turn fue una que daba alguna esperanza al más corto, pero el river era un que no cambiaba su destino, que no fue otro que caer eliminado.