Cinco días de competición necesitó el jugador canadiense Pascal Lefrancois para superar a un field que registró 1.175 entradas. Cinco días en los que, como en cualquier otro torneo de póker, vivió un sinfín de situaciones complicadas, pero ninguna lo suficientemente adversa como para apartarlo de la senda de la victoria.
Lefrancois salió líder del Día 2, y logró mantener esa ventaja tras la disputa del día 3, lo que le permitía llegar por delante de todos sus rivales a la mesa final. Fue ahí donde mejor se movió y, aunque llegó a perder terreno, pudo ver como sus oponentes iban cayendo uno a uno hasta llegar al heads-up.
En el cara a cara, Lefrancois tuvo que luchar contra un respondón Adam Owen durante más de 1 hora, pero el británico tampoco fue rival. En la mano definitiva, con Lefrancois por delante con algo más de 600 millones de puntos de los 1.175 millones totales, Owen iniciaba la acción con una subida a 38 millones. El canadiense decidía entonces hacerle una three-bet a 105 millones, y pagaba cuando Owen se movía all in por sus 428.
Owen:
Lefrancois:
Las cartas comunes debían dictar sentencia, y lo hicieron respetando la mano de Lefrancois. El board traía en el flop, lo que abría alguna posibilidad de que ambos repartieran el bote. El turn fue que no cambió nada, y una vez más todo quedó a espensas del river. Con la solemnidad de las mejores citas, la croupier descubrió un que hizó estallar al rail de Lefrancois. El canadiense recibía el trofeo de campeón y se embolsaba el mayor premio entregado en toda la historia de Casino Barcelona.
Owen se tuvo que conformar con ser el runner-up, pero seguro que no le hará ascos al 1.300.000€ que le correspodieron por ese honor. Los suyos también supieron reconocer su enorme gesta, aunque no era la primera. El de Folkestone, Reino Unido, ya fue 3.º en el Main Event del European Poker Tour de Barcelona en 2016, la que hasta el momento era la mayor caja de su carrera como jugador de póker.