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Superados los tres primeros niveles del Día 1a

Escrito por Casino Barcelona | martes, 11 diciembre 2018

Otros 45 minutos han quedado en el tintero y nos han permitido ver cómo el número de registros ascendía hasta las 68 entradas. Curiosamente, solo seis jugadores han caído durante esos 135 minutos de juego.

Por ahora, los más destacados son Pedro Cairat y Thomas J.C. El argentino fue uno de los primeros en morder el polvo, pero volvió a la arena con las pilas cargadas y con fuerza para remontar de nuevo la situación. Solo 90 minutos después, Cairat presume de haber alcanzado los 72.000 puntos, bastante más que la mayoría de participantes.

Sin embargo, eso no le ha llegado para adelantar a Thomas, que tras hacerle el truco al propio Cairat, siguen navegando por encima de los 80.000 puntos. El francés no ha reculado tras ser el primer líder del día, y por ahora sigue aferrado a esa posición de privilegio.

Esos últimos minutos de juego han servido también para que pudiésemos ver entrar en acción a Ignacio Molina y Heorhii Doroshev. El ucraniano fue el campeón del CEP en Peralada hace poco más de una semana, pero ni siquiera eso le ha hecho poner punto y final a 2018. Barcelona es ahora su casa y no piensa perderse ninguna oportunidad de seguir sumando título. 

Doroshev fue 18.º en el Main Event del único PokerStars Championship de la historia disputado en Barcelona, un torneo en el que cobró 53.200€. Allí fue donde su nombre quedó vinculado a Barcelona por primera vez, pero tomen nota, porque no será la última. 

El nivel 3 se cerraba con una pequeña polémica entre David Murillo y Nelson Moya. Ambos llegaron al river cuando el primero tenía dobles y el segundo segunda pareja, pero todo se lió en el showdown. Murillo, que creía que su rival había foldeado a su apuesta, le ofrecía enseñar una de sus dos cartas, y tras elegir Nelson una de ellas, concretamente el , se creía ganador del bote. El problema es que Moya había mostrado as-dama para pareja de damas y eso le hacía acreedor del bote.

Tras un intercambio de opiniones, el director del torneo informaba a Murillo que había perdido ese bote por no enseñar las dos cartas, y lo que en principio era un gran triunfo para él terminó convirtiéndose en una dolorosa derrota.

Con esa mano se ponía punto y final al nivel 3 y los jugadores desfilaban hacia la terraza para disfrutar de 15 minutos de merecido descanso.