Poco después de que los jugadores solicitasen parar el juego para negociar un pacto que no fructificó por las exigencias de Ioan Taizs, David García no pudo esquivar su eliminación.
La mano le llegaba limpia al botón y se restaba con con la mala suerte de que José Lobato le estaba esperando en la ciega grande con . El board traía y García dejaba la mesa con solo cinco jugadores en liza.