Un paseo por la sala adyacente nos ha llevado hasta las mesas de Nabil Cardoso o César García Reillo, jugadores que por el momento han tenido bastante con mantener a salvo sus cabezas en este Día 1b.
Cardoso está ahora mismo en una mesa que no tiene pinta de ser la mejor de todas para él. Justo a su izquierda tiene a Javier Zarco, uno de los jugadores españoles más en forma de los últimos años, y una auténtica amenaza para cualquier que se cruce en su camino.
Dos posiciones a su derecha tiene a Roberly Felicio, el brasileño ganador este año del $565 COLOSSUS (1.000.000$ de premio), un torneo que se ha convertido en uno de los más famosos del calendario de las WSOP, y también de los que más jugadores reúnen (este año 1.070 entradas).
Con ese panorama, no es raro que Cardoso, que ya sabe lo que es llegar a una mesa final de un European Poker Tour, no haya podido moverse demasiado. Su stack cuenta ahora con poco más de 30.000 (stack inicial), pero debería empezar a crecer si Nabil no quiere meter en problemas.
Peor que Cardoso pinta el torneo del jugador madrileño César García Reillo. César es todo un clásico de los festivales del EPT en Barcelona, básicamente porque no se pierde ni uno. Hace ya unos cuantos veranos que se deja ver por Casino Barcelona para jugar lo que en el mundillo se conoce como "jugarse todo el lobby".
Las cosas han arrancado peor para él, que en las primeras manos del día veía como le reventaban reyes y lo hacían ir a remolque durante los minutos posteriores. Eso es lo que ha propiciado que García tenga ahora unos 16.000 puntos que le hacen ver el futuro muy negro.
Si existe eso del karma, César tendría que tener 100.000 puntos en menos de 10 minutos.