No es novedad que la ciudad de Barcelona durante el mes de agosto alcance su pico más alto en relación con el turismo. Un clima cálido y cielos azules protagonizan los días de la semana en la capital catalana, lo que la convierte en un caramelo de destino. Playas de agua azul, oferta gastronómica variada y multitud de atracciones y puntos turísticos hacen de de ella una de las ciudades favoritos a nivel mundial.
Nosotros, el único casino de la ciudad, notamos este gran impacto turístico porque somos una de las principales atracciones en el sector del ocio. Siempre hemos comentado que el mes de agosto es el que más visitas recibimos, pero ¿cómo se vive desde dentro?
Durante el mes de agosto parte de nuestra oferta de ocio y gastronomía permanece abierta 24 horas lo que llama la atención de muchos visitantes. En estos días, se puede tanto pedir una pizza a las 3h de la mañana, como realizar una experiencia simracing a las 19h, o simplemente entrar a curiosear y visitar las distintas zonas que alberga el casino a cualquier hora (siempre y cuando seas mayor de edad +18).
Otro de los puntos de más interés que centra la atención en nuestro casino, es que se convierte en el epicentro de los amantes del poker por unos días. Durante el mes de agosto, acogemos dos grandes torneos a nivel estatal y europeo en su edición anual. Por un lado, el gran Campeonato de España de Poker (CEP) y, por otro lado, el gran European Poker Tour (EPT), el festival más grande de Europa y segundo del mundo.
Estos torneos traen consigo miles de jugadores y estrellas del mundo de corte nacional e internacional, que nos visitan con la finalidad de proclamarse campeones y llevarse a casa alguno de los trofeos en juego (programa torneos).
El ambiente durante estos días se dispara y las emociones están a flor de piel. Ilusión, adrenalina, nervios, tensión, son las emociones protagonistas de este mes, pero si tuviéramos que elegir una palabra sería “impredecible”.
De todas formas, por mucho que queramos explicaros cómo es y se vive el interior de Casino Barcelona, realmente se queda pequeña en comparación a la realidad de un día a día que rebosa sensaciones.